domingo, 3 de octubre de 2010

Como gotas de tinta que impregnan papiros.

Algunas veces al escribir con tinta la pluma del escritor recolecta  mayor o menor cantidad de  tinta de la que él desea, haciendo así que el  papiro se impregne de manera grosera  y existan irregularidades en el escrito, así mismo el escritor no siempre escribe con la misma clase tinta, el sabe que depende de su escritura, el necesita un tipo de tinta especial o indicada para hacerlo.
 Lo que él nunca cambiara es esa la pluma que desde el principio le ha acompañado en sus momentos de desgracia y de alegría que como  objeto inerte no le omite opiniones ni le criticaba a la hora de escribir sin razón ni propósito.
Nuestro vida es un gran papiro el cual desafortunadamente está abierto a cualquier pluma o clase de tinta, ya que no somos autónomos de los personas que incursionan en nuestras historia, son esas misma persona las que  impregnan nuestro papiros con una clase de tinta única, esa tinta única en esas personas son su esencia la cual algunas veces son tintas a base de agua que se disuelve fácil al pasar poco tiempo, Otras tienen bases férreas que se vuelven imposible de borrar una vez que están en el papiro.
Pasa que hay personas  que no miden los niveles de tinta a la hora de utilizarla y dejan machas o irregularidades  que dañan esa parte del papiro y pueden tornar nuestra historia un poco desagradable, generalmente las personal que hacen historia en tu vida han sabido como incursionar en ella de tal manera que nunca olvidas eso, que esa persona hizo y la manera en que lo hizo.
Estos escritos obviamente contienen nuestras aventuras, desdichas, felicidades y tristezas, aunque ellos podrían extenderse por décadas no existe ninguno infinito, estos  se acaban  en el momento que morimos, hay de aquello que gozaron de la suerte de que sus papiros son eternos y a la hora de morir sus historias fueron magnánimas y se transformaron en leyendas.

“Has que tu historia día a día se llene mas de buenas tintas y  tú incursiona en la de los demás como si estuviera en la tuya propia”

By  Juan Urdaneta

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