domingo, 19 de junio de 2011

Carta a mi Padre

Bendición Papá, se que no todo tenemos la dicha de decir estas palabras y por eso le doy gracias a Dios de todavía tenerte.

Al  escribir sobre ti papá, tuve que pensar mucho acerca de nuestra vida juntos, tuve que empezar a excavar en mis recuerdos todos esos momentos que a través de mis 19 años de vidas hemos compartidos juntos. Se que te sorprenderás  a leer esto porque nunca te he hablado de mi pasión por la escritura y mucho menos has leído algo escrito por mi hacia ti alguna vez.

Desgraciadamente el destino nos jugó una mala pasada separándonos  por allá en el año 1992 siendo yo apenas un niño, nuestra relación creció con muchas debilidades debido a esa distancia, crecí sabiendo que te tenía y aunque poco te veía, sabia que siempre que te necesitase estarías hay. Pero crecí con esas ganas de que todas las semanas viese ese F-350 color rojo  entrar a mi casa o simplemente escuchar el ruido inolvidable de ese camión anunciando tu llegada y aunque no fue así, las esperas de que tu llegaras no se comparaban con la alegría que sentía de pequeño cada vez que veía ese F-350 o escuchaba su ruido porque sabia que te vería. 

A lo largo de nuestra vida esa distancia desafortunadamente  creció, hasta el punto que hoy no recuerdo la última vez que hablamos más de 30 minutos. Pero una cosa si tengo mis memorias y anécdotas que incomparables a las de ningún otro niño, todas ellas están llenas de momentos inolvidable y que son aventuras en mi memoria que viví a tu lado y las que indudablemente les contare a mis hijos algún día.

Si bien somos dos personas casi en su totalidad diferentes, pero si algo herede de ti, son mis dos mas grandes  pasiones  y que si he de compartir contigo, una es el amor a las mujeres del cual estoy totalmente orgulloso  y la segunda la música ranchera que tanto nos gusta. Señor y lo que se hereda no se hurta.

Recuerdo que de niño me llevabas a lugares donde todavía conservaban esas antiguas rockolas  y pasaba horas de diversión  como el más experto Dj colocando las canciones para ti mientras tú jugabas dominós, esos momentos contigo en verdad los disfrute.  

Se que no eres perfecto y aunque  tampoco lo soy yo, a ti te debo mi ser,  te debo lo que soy  y es algo que no he de  pagar ni con todo oro del mundo, estoy seguro que Dios no me pudo dar mejor padre que tú y le doy gracias cada día de mi vida por tenerte.

Te amo viejo y pase lo que pase, lo que nos depare el destino siempre te amare.

Tu hijo Juan Carlos Urdaneta Portillo



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