Toda la esperanza se ha ido cuando:
Tus pensamientos se vuelven monótonos.
Empiezas a reciclar sentimientos.
Tus amigos se tornan dependientes para ti.
Tu mundo se vuelve etéreo y no es más que cuatro paredes de un cuarto.
Tus ilusiones no son más que seguir viviendo.
Tus ambiciones son del tamaño de tus acciones.
La sub realidad invade tu cabeza.
La familia solo es gente que tienes que ver todos los días.
El amor es un plano secundario en tú vida.
La felicidad solo es una sonrisa.
La paz interior se te es imposible.
Solo piensas en ti y pones en práctica la ley del yoyo.
Piensas en la sociedad como el ente que rige tus futuras decisiones.
Dibujas abstractamente aunque no lo quisieras.
Tu corazón solo es ese órgano que palpita bajo tu pecho.
La tristeza y la soledad son tú día a día.
Toda la esperanza se nos va cuando creemos que nunca la tuvimos, solo porque no somos capaces de detenernos en el tiempo y espacio para racionar un momento y como supuestos seres pensante afrontar nuestros problemas sin miedo a fracasar.
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